Multiplicidad en la red

En el día a día asumimos varios roles dependiendo de dónde estemos y con quién. En las redes sociales también creamos y mantenemos diferentes identidades virtuales.

Hace poco leí un artículo sobre recomendaciones a una empresa para conocer a fondo la identidad virtual de un candidato que participa en un proceso de selección, a la empresa se le recomendaba que analizara el perfil del candidato en varias redes sociales, ya que erróneamente se puede pensar que con leer un perfil en una única red social ya se conoce totalmente al empleado o candidato. La empresa podrá saber los gustos y aficiones incluso acceder a su álbum de fotos, pero al igual que en la vida analógica los usuarios de las redes sociales actúan de diferente manera según en la red social en que estén. Muy probablemente el candidato tenga un perfil más profesional en Linkedln mientras que Facebook o Tuenti tenga un perfil más relacionado con sus ratos de ocio.

Esta intencionada fragmentación de la identidad no es más que un reflejo de nuestro comportamiento en la vida analógica, pero con la llegada de las nuevas tecnologías nuestra identidad digital se comporta de la misma manera, la fragmentamos según los distinto círculos sociales.  Cuando la utilización de estas comunidades sea una realidad más extendida en el mercado español, muy probablemente el comportamiento de los usuarios cambien si sospechan de que sus perfiles son leídos por sus jefes, muchos de ellos se autocensurarán sus opiniones políticas, sus gustos, su verdadera orientación sexual…

Hasta ahora la llegada de la red, según Simón Ortega, nos ha permitido compartido de todo con todos, pero uno de los grandes cambios es que ya «no me escondo ni me oculto tras una identidad inventada cada vez que aparezco en Internet, por lo tanto si mañana alguien revisa mi identidad en Internet se va a encontrar con la misma persona que soy en el mundo más real de los reales».

Lluis