Esta semana estuve en la inauguración de una exposición de una joven pintora valenciana llamada Irene Grau (valencia 1986). Está en la calle Naquera 16 de la ciudad de Valencia. La galería de Alejandro Bataller, una nueva galería destinada a valores jóvenes. Permanecerá abierta hasta el 29 de enero del 2011, por si queréis visitarla.
La exposición asume como estrategia discursiva el análisis de la imagen a partir de dos recursos; la ampliación y la visibilidad del tiempo. Ambos conducen a una progresiva desarticulación de la imagen. Ese punto, siempre ambiguo, entre la figuración y la abstracción, nos enfrenta a aquello que podría pensarse como la última imagen, la imagen en el umbral de lo discernible, justo antes de desvanecerse, cuando todavía persiste. De ahí la referencia a la sombra, situada en ese límite, en un estado que oscila entre la referencia al objeto reconocible que la proyecta y la desfiguración de la forma proyectada que tiende hacia la abstracción.
La sombra última coquetea con ese pasearse por la cuerda floja entre lo que sigue siendo imagen y lo que deja de serlo, situándose en ese estado ruinoso de la representación en el que aún cabe el recuerdo de lo que fue.
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